La base de la mayor parte de los problemas entre personas, familias, organizaciones, gobiernos, o cualquier estructura social es la falta de comunicación, lo que implica una dificultad para el diálogo y para transmitir ideas, acompañada de una escucha insuficiente.
Podría decirse que el ámbito laboral es comunicación en estado puro: de equipos, negociación entre empresas, con cliente etc. Una buena comunicación dentro de la compañía refleja fortaleza y sin duda será una de las bases del éxito; pero cuando ésta es deficiente se convierte en una debilidad capaz de erosionar causando la caída en picado del proyecto.
El rol de líder tiene como función transmitir, motivar y generar un efecto de influencia en sus receptores, en este caso, los miembros del equipo. Además, se busca que esta comunicación vaya más allá y origine un efecto eco en las personas con las que trabajamos, que se verán inspiradas a hacer lo mismo; el objetivo es promover la comunicación entre los miembros de cada equipo.
Uno de los principales factores del cambio ha sido la integración de la inteligencia emocional en el entorno de trabajo. Hemos pasado de ser empleados evaluados por nuestro coeficiente intelectual, a ser individuos valorados por cualidades como: la buena gestión emocional en momentos de estrés, la empatía, la capacidad de tomar decisiones favorables y tener aptitudes sociales.
Si estás al cargo de un equipo, tengas el puesto que tengas dentro de la organización, aquí van algunos consejos que te ayudarán a mejorar tu comunicación verbal y no verbal.
Una buena comunicación verbal requiere, entre otras facultades, transmitir seguridad cuando hablamos a los demás, dominar la materia que se comunica y ser conciso a la vez que natural a la hora de poner en pie el discurso, de forma que se entienda y capte la atención.
Si tu trabajo implica dar conferencias, gestionar grandes equipos o afrontar constantes reuniones, puede ser de gran ayuda recibir clases de canto o de teatro. Ambos métodos ayudan a conocer mejor la voz como instrumento, a conectar con las emociones y a desarrollar soltura a la hora de improvisar ante cualquier imprevisto.
El cuerpo también es parte de la comunicación y, a veces, dice incluso más que las palabras. La mirada, la sonrisa, cómo frunces el ceño, el movimiento de las manos y los brazos, como te sientas… Los gestos acompañan inconscientemente todo lo que se comunica, por lo tanto merece la pena prestar atención a cómo te expresas físicamente y a la expresión de aquellos que trabajan contigo. Podrás detectar inseguridad, timidez, buena disposición, confianza… y a también transmitirla.
Analiza tu gestualidad y utilízala para crear cercanía, motivar, generar seguridad y dar apoyo a tu actitud. Ser ejemplo es la mejor manera de impulsar iniciativas y convertirte en un líder coherente.
Para fortalecer tu comunicación no verbal puedes acudir a clases de baile, o disciplinas como el yoga o las artes marciales, en las que se desarrolla el “sentido de la propiocepción” o conciencia espacial del cuerpo.
“En la plataforma de The Holistic Concept App contamos con un programa especialmente diseñado para fortalecer la comunicación. Descubre nuestros programas y comienza a cuidarte dentro y fuera del trabajo. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.”