Mente de principiante, un principio básico de Mindfulness

Ya ha pasado un mes y estamos de nuevo contigo, para realizar un seguimiento de cómo te está yendo con el entrenamiento de tu Atención Mindfulness.

Para seguir profundizando en el conocimiento de lo que es Mindfulness, te vamos a hablar de algunos de los principios básicos, que te van a servir de guía en la realización de tu práctica formal e informal, así como, para el resto de tus actividades diarias.

Sabemos que durante estos meses estás introduciendo la práctica de Mindfulness en tu vida, para conseguir generar ese bienestar propio que tanto deseamos, tanto a nivel físico, mental como emocional. Y también sabemos que seguramente te has enfrentado a resistencias propias y externas, que han impedido que realices tu práctica formal diaria como a ti te gusta.

Para ello, te vamos a facilitar esta guía de principios que te ayudará a realizar un entrenamiento sin tantos condicionantes y en cualquier lugar, primero incorporándolos en nuestra práctica formal y paulatinamente se van expandiendo al resto de áreas de tu vida, convirtiéndose casi en una filosofía.

El mindfulness se incorpora a tu vida con la práctica, no vale teorizar, se recomienda practicar todos los días de manera habitual en la medida de tus posibilidades. Esto es como los idiomas, si dejas de usarlos, no se te olvidan, siempre queda un poso, pero no tienes fluidez. Aquí ocurre lo mismo, cuanto más practiques, más beneficios notarás (si no los recuerdas, revisa los posts anteriores, donde hemos mencionado algunos).

Allá vamos, con la enumeración de los principios que te van a ayudar, y son los siguientes: mente de principiante, no juzgar, paciencia, constancia, no apegos, confianza, aceptación, para empezar. Y para seguir avanzando, se habla de ecuanimidad, de bondad, de generosidad y de compasión, que es el estado summum al que llegan los grandes meditadores disciplinados.

Vamos a respirar, para que puedas ser consciente, de lo que te ha producido esta lectura… adoptamos nuestra postura (pies a tierra, espalda y cabeza erguida, cierro los ojos) y RESPIRA al menos 5 minutos, solo RESPIRA… dile a tu mente que estás respirando, que es TU PAUSA CONSCIENTE… inspira y expira unas 20 veces, a tu ritmo, y cuéntalas para meterte en el ejercicio y conectarte contigo misma. Adelante, estás entrenando tu capacidad de atención y concentración en la respiración. Aquieta tu mente y tus sensaciones corporales, que están en modo, automático y desenfrenado.

Para aquietar tus sensaciones, es bueno que practiques la mente de principiante. ¿Qué significa? Quiere decir, que independientemente de si te relajas, o te aceleras, mientras respiras, solamente obsérvalo. Observa lo que sucede en todos los niveles internos (cuerpo, mente y emoción) como si fuera la primera vez que ello sucede. Pon toda tu atención intencionada en percibir lo que está ocurriendo, convirtiéndote así en el gran observador que es capaz de apreciar detalles, que antes no era consciente de que ello existía.

Este principio, va de la mano, con no juzgar, sea como sea tu práctica formal e informal, no te castigues, no te penalices, no te exijas, no permitas que tu perfeccionismo te castigue diciéndote que no lo has hecho bien, o que no eres capaz de hacerlo correctamente, que esto no es para ti, etc… Este principio, pretende que respires y comiences a entrenar la capacidad de atención, y que lo hagas sin emitir juicios destructivos contra ti y lo que haces. Todo está bien en el mindfulness. Lo importante es practicar la atención a ti.

Y el tercero, importantísimo, es paciencia, sobre todo, contigo misma. Si fuera una amiga, le dirías que se lo tomara con calma, ¿por qué no te das el mismo consejo? Paciencia con el tiempo, con la práctica, con cómo suceden las cosas, paciencia con las personas, paciencia si no eres capaz de concentrarte siempre en la respiración y la cabeza se te va a otros temas, paciencia solo es cuestión de práctica y entrenamiento.

Para esta semana te vamos a lanzar un gran reto, desafiándote con el número de minutos que debes respirar, te dejamos elegir, aunque deben ser más de 5 minutos. Para ello, te proponemos que realices un auto-registro diario, de las veces que respiras, y por cuánta duración lo haces, y de ese modo, podrás ver tu progresión en el tiempo, y por supuesto, verificando en qué medida consigues aplicar los 3 principios anteriores:

  • Mente principiante: sólo observando el ir y venir de la respiración
  • sin juzgarte de si lo estás haciendo bien o mal
  • y si tu mente se despista, amablemente y con paciencia, reconduce tu atención a la respiración, y cómo esta recorre tu cuerpo.

Te deseamos un excelente mes de mayo, cada día más consciente de ti.
Gema Menéndez y Cristina Arca