Impulsa tu concentración con el mindfulness

Confiamos que hayas conseguido llevar a cabo el ser cada día más consciente de lo que te acontece por dentro y por fuera, y que ello sea el comienzo de tu camino hacia el bienestar.

Hoy vamos a ir un paso más allá para potenciar el desarrollo de la concentración de una manera intencionada y lograr así, estar más presentes en nuestra cotidianeidad de una manera sencilla y simple.

Los avances tecnológicos que sin duda nos hacen la vida más fácil a nivel profesional, pero en muchos casos, interfieren en nuestra vida personal, haciendo que tengamos que pensar, resolver, responder y actuar de un modo más rápido e inconsciente, con lo primero que se te ocurre.

Este gran nivel de exigencia nos conduce en muchos casos:

  • a un alto grado de dispersión, lo que yo llamo “andar como pollo sin cabeza”.
  • a realizar más de una tarea a la vez (multitasking), generando un alto grado de despistes varios.
  • a activar el piloto automático para llegar a terminar más cosas en el mismo tiempo, aunque luego no recuerdo, si realmente lo hice o no.
  • a provocar como resultado de lo anterior, un alto nivel de estrés e inseguridad en nosotras mismas, que suele provocarnos mucha frustración e insatisfacción.

En nuestra noticia del mes pasado, apelábamos a tu grado de compromiso contigo misma, si quieres modificar este tipo de rutinas y hábitos automáticos… y es importante que persistas incorporando una práctica formal diaria constante de al menos 5 minutos. En este momento, y antes de seguir leyendo, nos vamos a tomar ese momento de reconexión con nosotras mismas… adelante, realiza LA PAUSA CONSCIENTE, detén la prisa y el correr. Este momento es único y solamente lo puedes disfrutar ahora, después se desvanecerá.

Ahora respira, busca una posición cómoda, sólo inspira y expira sin prisa, no vamos a ningún lugar, tómate tu tiempo, y concéntrate en insuflar aire en tus pulmones y en expulsar este aire cálido de los mismos. Pon tu atención única y exclusivamente en cómo se realiza este proceso.

¡Enhorabuena! ¡Ya estás practicando la atención consciente a tu respiración!

¿Cómo puede ser que el simple acto de respirar desarrolle mi capacidad de concentración?

Numerosos neurocientíficos y psicólogos han estudiado cómo la práctica meditativa ayuda a activar zonas de nuestro cerebro y respuestas que antes eran inexistentes. Ello se debe a que en los estados meditativos, la mente desarrolla la capacidad de prestar atención (atencionalidad) de manera sostenida en el tiempo, lo que representa una forma de experiencia consciente.

La ciencia, mediante electroencefalogramas, resonancias magnéticas, tomografías, etc… permite medir la actividad eléctrica y sináptica de nuestro cerebro, y ha mostrado que tras haber realizado una sola sesión de meditación, ya se producen cambios en las respuestas de nuestro cerebro.

Por ello, te sugerimos que realices muchos intervalos de respiración consciente a lo largo de tu día y que lo uses como tu momento de recarga personal para abordar tu exigente día.

Tu cuerpo funciona de manera similar a una pila, esta se carga a lo largo de la noche, con ejercicio, con comida sana, y con respiración mindfulness… estas son sencillas de hacer en cualquier momento del día y en cualquier lugar… ponte varias alarmas en el móvil que digan… MI MOMENTO MINDFULNESS.

Para que te sea más fácil, te proponemos varios momentos como una guía:

  • Por las mañanas antes de salir de casa, o durante tu desplazamiento a tu lugar de trabajo… te servirá para despejar tu mente, para activarla y ponerla a punto ante un exigente día.
  • Hacia última hora de la mañana, antes o después de comer… realiza esta respiración consciente, recuerda que buscamos estar concentrados en la respiración… no buscamos ceder al cansancio de nuestro cuerpo.
  • Por la tarde, cuando estás de camino a casa, o bien antes de irte a dormir… respirar de manera que pongo mi atención a la respiración, te permitirá vaciar tu mente de preocupaciones y tener un sueño de mayor calidad.

Esto no es una maratón, ni te agobies pensando que son muchas veces. Sólo comienza a entrenar tu capacidad de estar concentrada en el aquí y en el ahora durante tan sólo 5 minutos, a través del simple acto de respirar atentamente.