Corregir la postura para proteger la espalda es fundamental para mantenernos sanos y prevenir lesiones, la progresiva pérdida de altura que nos ocurre a medida que vamos envejeciendo.
La higiene postural es el conjunto de normas, consejos y actitudes posturales para mantener una correcta alineación en todo el cuerpo con el objetivo de proteger la espalda cuando realizamos actividades del día a día.
Para cuidar nuestra espalda, debemos practicar movimientos que respeten la higiene postural.
En primer lugar, es importante no levantar cargas que estén por encima de nuestras posibilidades. En caso de que estemos ante un peso elevado, podemos fraccionar la carga y dividirla en pequeñas partes fáciles de transportar.
La segunda clave en la carga de pesos es la postura. Debemos mantener la espalda erguida y flexionar las rodillas para abrazar la carga con los dos brazos, protegiendo la zona lumbar. Este gesto es importante para evitar importantes lesiones lumbares.
Frente al ordenador debemos deslizar el glúteo hasta el fondo del asiento para dejar reposar la espalda lo más erguida posible contra su respaldo. Idealmente, la espalda debería quedar perpendicular al suelo y la parte superior de las piernas y los glúteos, paralelos a este. Por su parte, las piernas deberán colocarse en un ángulo de 45 grados respecto de los muslos, con un buen apoyo plantar. En ocasiones, es interesante utilizar algún dispositivo que nos ayude en este sentido.
Así mismo, es recomendable levantarnos cada 30 minutos y hacer unos pequeños estiramientos para evitar contracturas.
Algunos trabajos implican estar de pie a lo largo de varias horas. Este tipo de trabajos dañan la espalda, si no tratamos de asegurar una postura erguida y recta de nuestra espalda. Es también necesario que cambiemos la carga del peso del cuerpo alternativamente en cada pierna. Finalmente, es absolutamente recomendable que utilicemos un calzado cómodo.
Siempre que sea posible, es importante contar con una silla alta o cualquier elemento de apoyo, que nos permita descansar cada cierto tiempo.
Como puede observarse, el objetivo fundamental es no cargar en exceso la zona lumbar y para ello es necesario que en cualquier circunstancia garanticemos una postura en la que la espalda se mantenga recta.