Dormir correctamente

Una fuente básica de bienestar

El sueño constituye una necesidad básica, absolutamente imprescindible para el equilibrio físico y emocional. La neurociencia ha descubierto que necesitamos dormir entre otras cosas para regular nuestro metabolismo, conservar el buen funcionamiento de nuestra memoria y liberar las conexiones neuronales, esenciales para que el cerebro rebaje el esfuerzo innecesario. Normalmente decimos “sueño reparador” porque efectivamente repara.

Tenemos que reconocer que en ocasiones le quitamos horas al sueño en un afán de ganarle tiempo al tiempo, sin pensar en el coste que supone. Ignorar esta necesidad esencial se convierte en inconveniente porque el tiempo que ganamos en cantidad, se convierte en tiempo de peor calidad. Es entonces cuando decidimos recurrir, en algunos casos, a la oferta de medicamentos y bebidas que potencien nuestra energía. Contradictorio, ¿no?

Como dice Tal Ben-Shahar en su libro Practicar la Felicidad “…en vez de prestar oídos a quienes nos ofrecen nuevos medicamentos para multiplicar nuestro potencial, deberíamos oír a la naturaleza y redescubrir sus maravillas. El descanso regular suele tener el mismo efecto que la medicina psiquiátrica, solo que de manera natural”. La naturaleza inventó el sueño como reconstituyente natural, no necesitamos acudir a elementos externos para conseguir su efecto.

¿Te he convencido?  Pues…manos a la obra.

Primera cuestión:

¿Cuánto y cuándo debo dormir? No hay una regla fija, cada persona tiene su necesidad concreta. Digamos que debes escucharte y saber el número de horas que son adecuadas para ti, te recargan de energía y vitalidad.

En cuanto al cuándo, puedes elegir repartir el tiempo de sueño. Dormir siesta se ha demostrado que es un gran activador de la energía. Si eso es posible para ti, adelante. Y contabilízalas como horas de sueño en el cómputo total del día.

Segunda cuestión:

¿Cómo hago para conseguir dormir las horas que necesito?
Sé que cada día madrugas para llegar pronto a la oficina. Tu trabajo está lejos y coges el transporte público muy pronto, aprovechando para dar cabezadas ocasionales, señal inequívoca de que no duermes lo suficiente. Madrugar es algo que no podemos evitar, ¿se te ocurre qué hacer entonces? Exacto, ir antes a dormir… así de simple.

Te propongo una serie de acciones que pueden ayudarte en este sentido:

Paso 1: Determina cuántas horas de sueño necesitas para sentirte bien.
Paso 2: Examina qué te está impidiendo irte a dormir a la hora necesaria para descansar las horas que sabes necesitas. Y desactívalo.
¿Quizá tu serie favorita? En el mundo Netflix eso no puede ocurrirte. La serie debe adaptarse a ti y no tu a la serie. ¿Quizá el afterwork que se alarga?. El ocio es también necesario para el bienestar, no dejes de ir y colócate una alarma para irte a tiempo del descanso.

Sé consciente y haz pequeñas cosas cada día: como no ver tele a partir de las 23h o no comenzar largas conversaciones de madrugada… Sé consciente y desactiva.

Paso 3: Procura hacer deporte cada día. El deporte minimiza ciertos malestares en forma de dolores o calambres que pueden influir a la hora de comenzar el sueño.

Finalmente, sé consciente cada mañana después de un sueño reparador de lo bien que te sientes y la alegría y vitalidad con la que afrontas el día.
Se constante con los horarios hasta que tu cuerpo entre en la nueva rutina. ¡Feliz sueño!

Nos hemos propuesto mejorar tu salud, y tenemos todo un año por delante para conseguir este objetivo. ¿Te unes?