Te proponemos un ejercicio para que comiences ahora. Siéntate cómodamente, bien apoyada al respaldo de tu asiento, asegúrate de tener tu espalda recta, descruza brazos y piernas, colocando tus pies en el suelo, ahora cierre los ojos y sólo respira, sólo respira, … pon el foco en como respiras.
Y pensarás, esto es lo que hago yo todos los días, bien, te invitamos a que respires poniendo atención en el acto de respirar, es decir, pon atención en cómo entra el aire por tu nariz, cómo se introduce a través de las fosas nasales, y cómo desciende hasta tus pulmones, pudiendo incluso alcanzar tu abdomen para volver a salir. Fíjate en este proceso, paso a paso, pon foco en lo que sucede en cada instante de tu respiración. Ve a tu ritmo, y sin prisa, tómate este momento para respirar.
Tienes muchas posibilidades de poder incorporarlo cómo un hábito diario desde ahora mismo. Introdúcelo en tu día a día, como un momento de recarga, igual que un móvil que llena su batería. Sólo necesitas unos minutos y lo puedes repetir cuanta veces quieras y necesites.
Si durante estos minutos, los pensamientos, emociones, sensaciones te abordan, obsérvalos y déjalos pasar, volviendo a poner toda tu atención en tu respiración. ¡Ya estás empezando a entrenar tu mente para que sea tu aliada!
Te proponemos varias ideas del mejor momento, para que elijas uno.
Cuanto más lo practiques, mejor te sentirás, y comenzarás a constatar cómo tu cuerpo se resetea y se siente con más energía, más despierto y concentrado en tus metas.