Empodera tu lenguaje corporal

Tu cuerpo habla por ti. ¿Sabías que más del 80% de lo que transmites cuando hablas lo dicen tus gestos y no tus palabras? Y es que el lenguaje corporal no es algo racional, sino una expresión directa y espontánea de tu estado mental y emocional.

Sin embargo, podemos aprender a observarlo, interpretarlo e incluso entrenarlo para moderar tendencias, mejorar la comunicación no verbal y lo que es aún más interesante, para cambiar actitudes y patrones negativos que adoptamos inconscientemente.

Te resultará curioso saber que cuando alguien no te gusta en una primera impresión, es porque tu cerebro percibe que hay incoherencia entre lo que dice y lo que su cuerpo está expresando.

Es todo un descubrimiento saber que mejorando la postura podemos aprender a transmitir más confianza y, además, fortalecer la autoestima. ¡Llegó la hora de empoderarse!

Cultiva la seguridad en ti misma durmiendo

Comienza a empoderarte desde por la noche y destierra dormir de lado, en posición fetal o boca abajo. Es hora de ponerse panza arriba, separando las piernas y abriendo bien el pecho, ya sea con los brazos estirados a lo largo del cuerpo, como doblados.

Esta postura te ayudará a enfrentar tu miedo a exponerte y progresivamente te dará seguridad.

Brazos arriba

Todos los mamíferos expresan poder, desafío o alegría cuando expanden su cuerpo. Nuestra expresión más clara de esto es elevar los brazos, el primer impulso que tenemos cuando ganamos un premio, un partido de tenis o algo sale bien.

Cuando quieras llenarte de energía y optimismo eleva los brazos y permanece así al menos 20 segundos.

Eres una súper heroína

Esta postura tiene un poder indiscutible. Separa los pies un poco más del ancho de tus caderas y plántate con las manos en la cintura y el pecho bien abierto; es imposible estar así cinco minutos y no sentirte fuerte y capaz de cualquier cosa.

Cuando tengas que enfrentarte a algo exigente realiza esta postura durante 1 minuto y confía en que todo va a ir bien.

Calma y confianza

Nada como llevar los hombros relajados y el pecho abierto para transmitir serenidad, a la vez que autoconfianza y cercanía. Esta postura es perfecta para irradiar estas cualidades en una reunión caminando o cuando pasas muchas horas en un evento hablando con gente.

Entrelaza tus manos detrás de la espalda y deja los brazos suaves; sonreír pondrá broche de oro a tu actitud.

 

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