Lograr separarnos del trabajo es básico para cultivar un buen equilibrio personal. Pero hacerlo en vacaciones debería ser una prioridad absoluta.
Sin embargo, arrastramos un cúmulo de malos hábitos relacionados con nuestro entorno profesional, un ejemplo fácil de identificar es mirar el correo a todas horas o responder mensajes de texto a horas intempestivas; esto no nos permiten descansar de verdad ni siquiera en el periodo que hemos reservado para hacerlo oficialmente.
Después de muchos meses a tope te mereces relajarte de verdad, por eso queremos ayudarte a no caer en la tentación de hacer seguimiento durante tus vacaciones y priorizar en ti.
Porque tu bienestar es lo primero y el descanso es fundamental para retomar con más energía y motivación a la vuelta, te proponemos 5 pasos conscientes para desconectar de todo y conectar contigo.
Aunque las redes sociales resultan muy entretenidas nos roban continuamente la atención del mundo real y nos aíslan de las personas de nuestro entorno. Si no tienes integrado ya el hábito, estas vacaciones son el momento perfecto para desintoxicarte de Instagram, Facebook y distracciones digitales similares.
Comprobarás que no estar pendiente del teléfono aporta una enorme sensación de libertad y relax mental.
Lo que sea. Apúntate a un curso de cerámica, haz un bautismo de submarinismo, aprovecha los días de vacaciones para empezar a correr por las mañanas, anímate a descubrir la cocina de otros país, ¡vuela en parapente! …
Cambiar de actividad y aprender divirtiéndote es de las cosas más oxigenantes que puedes hacer en tu tiempo libre.
Aunque somos seres sociales y necesitamos relacionarnos, se nos olvida que también somos individuos únicos y pasar tiempo a solas es necesario para pensar, descansar y hacer un reset de todo lo que nos rodea.
Durante estas vacaciones reserva un plan solo para ti, desde irte a un spa a hacer una caminata por el campo para pasar más tiempo contigo. Échale imaginación y enriquece tu espacio personal.
Las estadísticas indican que en general dormimos menos de lo que debemos y eso nos pasa factura física y emocionalmente.
Haz de tus vacaciones una cura de sueño y recupérate durmiendo más. Aprovecha para levantarte más tarde y duerme al menos media hora de siesta cada vez que puedas; si el cuerpo te pide más escúchalo y hazle ese regalo, son todo beneficios.
Está comprobado que las personas que se sienten agradecidas aprecian mejor lo positivo de la vida y son más felices. Te invitamos a hacer este bonito ejercicio antes de dormir cada día:
En silencio y ya a oscuras, cierra los ojos y recuerda cada cosa buena que hayas vivido esa jornada por más simple que sea, desde notar el calor del sol en tu piel a lo rica que estaba la comida, ese abrazo que te hizo sentir plena, o la conversación tan agradable que tuviste con tu madre… Agradece esos momentos sencillos y especiales, siéntete agradecida por todo lo que sí hay en tu vida y duérmete con esa emoción en tu corazón.
Regresarás de tus vacaciones completamente renovada.