¿Y si te dijera que el escritorio en el que pasas casi toda la jornada se puede convertir en tu mayor aliado? Es hora de que empieces a cuidarte también desde tu puesto de trabajo y saques el máximo partido a tu productividad.
No hace falta estar en un gimnasio para realizar sencillos estiramientos y movimientos articulares que te permitan soltar tensión mientras trabajas.
Aunque hagas ejercicio con frecuencia, es muy difícil nivelar la balanza entre las ocho horas que dedicas a tu vida profesional y los escasos treinta minutos, (según estadísticas de hábitos deportivos), que dedicas al día a realizar alguna actividad física, si haces más ¡bravo!
Esta semana te proponemos parar y hacer una pausa activa de entre 7-10 minutos cada 2 horas; ¿Y eso en qué consiste?
Quizá esto parezca poco productivo o una distracción, pero tiene el efecto opuesto. Si paras para cuidarte y hacer unos estiramientos estás contribuyendo a mejorar tu bienestar y rendirás mejor después.
Entre otros beneficios, sentirás que el cuerpo se desentumece, que recuperas energía, que la mente descansa y te concentras mejor y que eres más productiva en general.
Aquí están tus ejercicios, no dejes de practicarlos y verás cómo descubres nuevas y positivas sensaciones:
Estiramiento de piernas, espalda y pecho:
¡Es hora de estirar las piernas! En esos momentos donde la silla se convierte en una tortura, levántate, separa los pies al ancho de tus caderas, coloca las manos sobre la mesa separadas a la distancia de los hombros y camina unos pasos hacia atrás hasta que la espalda quede completamente estirada.
Permanece en la postura entre 10 y 15 respiraciones amplias y profundas.
Estiramiento de hombros y espalda alta:
¿Se te cargan los hombros y el cuello? Siéntate al borde de la silla con la espalda estirada y los pies separados al ancho de las caderas. Coloca el codo derecho por debajo del izquierdo entrelazando antebrazos y manos; una vez ahí, tira de las manos hacia arriba y céntrate en respirar amplia y profundamente para que el estiramiento sea más efectivo.
Permanece entre 10/15 respiraciones y cambia el cruce de tus brazos.
Estiramiento de cuello:
Si se te cargan las cervicales, siéntate al borde de tu silla con los pies separados al ancho de las caderas. Entrelaza los dedos de las manos detrás de la cabeza, lleva los codos hacia adelante y deba caer la cabeza con suavidad sin tirar de ella, el propio peso de los brazos aumentará el estiramiento.
Permanece entre 10/15 respiraciones tranquilas, deshaz la posición de las manos y realiza movimientos lentos con la cabeza para relajar.
Torsión en silla:
Este estiramiento es perfecto para soltar lumbares cargadas. Siéntate al borde de tu silla con los pies separados al ancho de las caderas; gira el tronco hacia la derecha y sujeta el reposabrazos y el espaldar del asiento para ayudarte a girar mejor. Esa sujeción activa te permitirá girar un poco más cada vez que sueltes el aire.
Al inhalar intenta alargar más la columna y al exhalar gira más profundamente, permanece al menos 5 respiraciones en cada lado y tienes tiempo vuelve a repetirlo.