Hola fiel lectora, de nuevo encantadas de escribir estás líneas para asomarnos a tu vida y compartir contigo un espacio de tu tiempo, ese recurso limitado y valioso, que tan generosamente nos entregas y nosotras recibimos con pasión y gratitud.
Esperamos que nuestro artículo de septiembre te haya concedido un camino para abordar los pensamientos post – estivales, y relacionarte con la vuelta a la rutina, de una forma más satisfactoria para ti.
En este mes de octubre, queremos brindarte alguna herramienta más, que te ayude a transitar este espacio de bienvenida al otoño, que puede generarnos un poliedro de emociones. Queremos que pongas atención en cómo las experimentas y en cómo te afectan, siendo consciente de si te resultan agradables o desagradables.
Para muchas personas, la época del otoño la concebimos como una entrada sutil del frío, se produce la caída de la hoja, los atardeceres tienen menos luz y los amaneceres conllevan más penumbra…y parece que nuestras emociones se acoplan al devenir estacional y climatológico. Esta es la estación de la transmutación, del soltar, al igual que lo hacen los árboles, que se desnudan, dejando aquello que ya no les es útil. Es la estación en la que los animales se preparar para afrontar la siguiente estación, recolectando, y del mismo modo, parece que algo nos conduce hacia nuestra casa, nuestro espacio interior, para renovarlo e integrar lo mejor de ti misma. Quizás, seas tú una de estas personas.
Para otras personas, que suelen ser la mayoría, esta época les conecta, con la sensación desagradable de vivir “los días cortos”, con la tristeza, la melancolía, la nostalgia, el cansancio, el agotamiento físico, la sensación de sueño constante, en definitiva, con un abanico emocional que nos aleja de la calma y el bienestar. ¿Quizás seas tú una de estas personas?.
¿Por qué nos ocurre esto? Hay estudios en relación a ello, por ejemplo, en la Universidad de Southampton (Reino Unido) se comprobó que un 90% de las personas experimentan cambios sutiles en el estado de ánimo, energía y sueño cuando cambia la estación. Esta alteración se ha denominado Trastorno afectivo emocional, y hace alusión a síntomas que se relacionan con el cambio de luz y las condiciones climáticas.
A nivel de la neurociencia, nuestro cerebro es permeable a los cambios, y ante la disminución del tiempo de luz solar, producimos melatonina, hormona que generamos en mayor cantidad en la oscuridad y que nos influye para que tengamos más sueño, peor estado de ánimo, más frío, más ganas de ingerir comida, etc… Además, ese menor índice de luz solar, (cada día perdemos 3 minutos), nos genera el producir menor nivel de serotonina, la hormona de la felicidad, ya que cuando aumentan sus niveles en los circuitos neuronales genera sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción y aumenta la concentración y la autoestima.
Como señala el doctor Antoni Bulbena, catedrático, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar de Barcelona y experto en la materia
“Los cambios de las condiciones atmosféricas nos producen alteraciones físicas y mentales, como seres ecológicos que somos.”
Y, ahora la pregunta es, ¿Cómo puede ayudarme el Mindfulness? Con atención plena al momento presente, sin juzgar lo que experimentamos de forma compasiva, es lo que se conoce como la práctica de Mindfulness, Metta, Compasiva o de Amor Bondadoso-Benevolente.
Nuestra atención está dirigida a proporcionarnos amor, afecto y cuidado, y desarrolla nuestra capacidad para perdonarnos a nosotras mismas. Los estudios científicos han demostrado, que la práctica compasiva y amorosa, impacta de forma directa en los niveles de empatía, positividad, aceptación y amor a una misma. Además, impacta positivamente en los demás, en tu entorno, generando un mayor bienestar para la persona.
Es un mes para mimarte mucho y poner mucha atención a cómo te sientes, y si sientes que la vida te está mimando o más bien te está poniendo a prueba. En cualquier caso, quien te dará la pista, será tu cuerpo, por ello debes prestarle especial atención. Y sobre todo, ser compasiva contigo, hará que te sientas mejor. Recuerda, algunos de los principios del mindfulness:
Te recomendamos, que seas muy benevolente contigo, y te digas cosas bellas que te animen, con el fin de fortalecerte. Este mes en el Reto te brindamos una práctica para observar tus emociones desde un lugar más amable.
¡Feliz mes de octubre consciente!
Gema Menéndez y Cristina Arca